miércoles, 30 de enero de 2019



1984 es el futuro

Mi vida va de 30
en 30 segundos.

Lo he averiguado
mediante un algoritmo.

Más bien
me lo ha hecho saber.

Uno de esos
que parecen regir nuestra existencia.

O que lo hacen.

Mi libre albedrío
no es tal.

El algoritmo lo confirma.

Y, ante eso, poco cabe
disentir.

El caso es que me lo temía.

Ni el albedrío era mío
ni mucho menos libre.